Existen también pulsímetros, glucómetros y oxímetros de pulso conectados que permiten al médico hacer un seguimiento de sus pacientes y evitar consultas no necesarias.
Estos están asociados con nauseas, mareos, vómitos, vértigos, debilidad muscular, dolores de cabeza, desoxigenación de la sangre, pulso irregular, hipertensión, colapso del sistema circulatorio.